El Acueducto de Segovia

Hablaremos en este artículo del monumento más conocido de nuestra ciudad, ubicado en el inicio de nuestro Free Tour Segovia Monumental, el Acueducto de Segovia. No se sabe a ciencia cierta en qué época, dentro de la ocupación romana, fue erigido. Algunos historiadores piensan que debió ser en tiempos de Augusto, otros en la segunda mitad del siglo I, en época de Claudio. También hay quien opina que fue realizado por orden del emperador Trajano. Los últimos estudios establecen que la fecha debe estar alrededor del siglo II, entre los años 112 y 116, por lo que debería ser del final del mandato de Trajano o del principio de Adriano.

Su función no era otra que la de llevar agua a la ciudad, recogida del río Acebeda, en la Sierra de Guadarrama, mediante una presa que se encontraba a unos trece kilómetros de la ciudad de Segovia.

En cuanto a sus dimensiones, son las siguientes: 120 pilares con sillares que sostienen sin ningún tipo de argamasa los 167 arcos. La longitud es de 728 metros y la altura máxima es de 28,5 metros. A esos 728 metros hay que añadir unos 15 kilómetros de canalizaciones subterráneas, desde su origen hasta los suburbios, lugar en el que emergía el acueducto.

El material con el que se realizó la obra también procede de la Sierra de Guadarrama. El hecho de no llevar argamasa nos habla del dominio de la técnica y gran estudio de fuerzas que se hizo para evitar que se pudiera caer.

Cerca del monumento, en la Plaza Mayor, se encuentran los restos de uno de los desarenadores de época romana, que se utilizaban para filtrar el agua y eliminar así las impurezas que pudieran coger durante el trayecto por el acueducto. Por su parte, una vez ya en la ciudad el reparto del agua se realizaba mediante un avanzado sistema de arquetas, que daban agua a fuentes y aljibes de las casas privadas.

Ha resistido bien el paso del tiempo, ya que solo sufrió el deterioro en un ataque contra Segovia por parte de los musulmanes en el año de 1072, en el que se dañaron 36 arcos. Esos daños se restauraron en el siglo XV por Fray Juan de Escobedo, monje de Parral. Antiguamente existían dos hornacinas, seguramente para dioses paganos, que fueron sustituidas por las imágenes de San Sebastián y de la Virgen, en tiempos de los Reyes Católicos.

Sobre el acueducto hay una leyenda que dice que una joven local que trabajaba de aguadora hizo un pacto con el diablo por el cual, si el diablo conseguía traer el agua a la casa de la chica antes del amanecer, el diablo se quedaba con su alma. A la mañana siguiente, al cantar el gallo solo faltaba por colocar una piedra, la que se consideraba el alma de la niña. Se dice que si te fijas mucho aún puedes ver los agujeros que se formaron con las pezuñas del diablo en la piedra. Pero también se dice que esos agujeros son en realidad los lugares donde se colocaron los andamios…

2020-08-12T15:46:25+00:00